∞ Ginger life

Es esta noche el último insomnio que te dedico, las últimas lágrimas que te lloro, esta es la noche en la que por fin te digo adiós. Tantas veces te culpe por marcharte, por no quedarte conmigo, tantas te reproche por no poder amarme, por no atreverte a luchar por mí, ahora entendí que no eras el único culpable, que en nuestro caso, fuimos los dos. Yo fui culpable por no enamorarte, por resignarme a perder tu risa, por caer en la rutina, fuiste vos el culpable por doblegarte, por rendirte a la primera. Al final fuimos culpables los dos. Después de este tiempo de duelo, de a veces odiarte por extrañarte tanto, comprendí que no me puedo aferrar a vos, aprendí que no sos malo, que no fue tu intención herirme, que simplemente no me pudiste amar, y es que a veces pasa, a veces simplemente el amor no ocurre, no florece, aprende que a veces las personas buenas pueden sin intención llegar a  herirte, aprendí también que en estos casos se debe siempre perdonar. Después de este tiempo aprendí que es necesario acostumbrarme nuevamente a mi  vida sin vos, que es necesario  volver a planear mi camino sin contemplarte, y no se me hizo difícil, porque recuperé la sonrisa, mi alegría, tengo heridas pero de a poco se están borrando. Te deseo sinceramente que conozcas personas que te enseñen nuevos caminos, que logres llenar tus ojos de fantásticos destinos, deseo que ames, que te enamores al menos un poco de esta forma en que la que te amé yo, deseo que rías, que la vida te colme de bendiciones. Solo me resta agradecerte por compartir juntos el tiempo, prefiero  guardar solamente los bellos recuerdos.

Ahh… casi me olvido, no puedo irme sin decirte unas cuantas palabras más.

Te quiero, con toda el alma te quiero, pero en este último insomnio te dejo libre, en esta noche te digo adiós, le digo adiós a la que creí que era la mejor de mis historias.