Caminas por la costanera, te preguntas cuantos años tendrán las piedras que estas pisando, decidís separarte un ratito de tu familia para ver el atardecer, frenas, miras a un costado, estas parada sola y viene a tu mente la idea que no sabes hacia donde escapar, seguís parada y llega cada recuerdo que te destruye, y ahí desaparecieron todas las cosas buenas que te rodeaban y tenías tanto, tengo tanto.
Aparece ese vacío que te aprieta el pecho, de a poco va pasando menos aire por tu garganta, llevas tus manos al estomago y presionas para poder sentir dolor en otro lado, pero sigue, se hace mas fuerte, se te empiezan a dormir las piernas y decidís caer de rodillas para adelante y hacerte una pequeña bolita.
Cuando menos te das cuenta ya diste el primer llanto, tenés los ojos llenos de lagrimas y empezas a respirar por la boca, te vas enderezando de a poco, sabiendo que puede volver a pasar, pero hay algo que te detiene, sentís como una mano en la frente que te pide que no vuelvas a tirarte..
Respiras hondo, cerras los ojos, respiras tres veces, y de a poco volves a sentir, empezas a sentir el sol en la cara, el ruido de las personas caminar, los pájaros volar, el ruido al agua, a las veletas. Abrís los ojos y te das cuenta que estas en Venecia, que a tu derecha esta tu hermana dándote la mano, esperando que vuelvas a respirar, a lo lejos ves a tus papás comprando imanes para la heladera de casa.
Entonces pestañas tres veces y te preguntas... Por qué un ataque de ansiedad ahora?, y si le buscas el por qué, te acordas de esa sesión con el psiquiatra cuando te dijo "el anzuelo enganchado en la mano si lo moves de a poco para que duela menos puede que sirva para calmar el dolor, pero seguis teniendo el anzuelo clavado y te seguirá doliendo tarde o temprano, pero si lo arrancás de una, puede que el dolor sea mas fuerte, pero lo sacás por completo".
Entonces volves a pensar, "por qué estando acá tengo que dejar que él me duela?".
A medida que soltabas las últimas lagrimas, las ibas limpiando y sonriendo de a poco. Te ibas repitiendo "estas en Venecia, estas de viaje con tu familia. De regreso te esta esperando una beagle bebé hermosa que te sanará de a poco tu despego a Mateo", y así, por primera vez en tanto tiempo, dejas que los pensamientos positivos te llenen de golpe y no los malos.
Volver a respirar, entender que estas en otro continente, empezas a escuchar distintos idiomas, observas distintos rasgos, y le prestas atención a las personas, las que mucho muestran y también a las que poco tienen.
Y si... los errores están, siempre van a estar, tenes que decidirte en tomarlos como aprendizaje y no como tortura del día a día. Sos joven, tenes muchas ganas de reír, bailar, gritar y sobre todo ser feliz. Ya no mires para atrás, que este ultimo ataque haya sido el comienzo de algo nuevo. Hay mucho alrededor de quien aferrarse. Vos podés, yo se que sí.
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